"Conecté la cultura del “afuera” con la cultura del “adentro”, y lo sigo haciendo con gusto"


Establecer medios de acceso entre poblaciones o lugares, es una herramienta que nos permite comunicarnos más allá de nuestros lugares de residencia. El contenido de los mensajes que compartamos, deben compartir un lenguaje en común, para que la comunicación sea correcta. De lenguajes, idiomas y formas de expresión, hablamos con la Soledad Berges, una artista en su idioma de origen. 


Teniendo en cuenta que la lengua española es considerada una lengua, que si bien forma parte de las lenguas mas habladas del mundo, es una lengua que aún no es global y sabiendo que cientos de libros traducidos han acercado escritores y artistas al resto del mundo ¿Sentís una presión al trabajar como traductora? ¿Cómo trabajas la elección de las palabras en pos de la significación?


Bueno, primero que nada, ya es controvertido llamarle “español” a toda variante del idioma castellano. Pero nada es blanco y negro en la lengua. Precisamente de esto se habló en el I CONGRESO NACIONAL DEL ESPAÑOL ARGENTINO que se hizo en Bariloche el año pasado, en el que José Luis Moure, vicepresidente de la Academia Argentina de Letras, habló de que ya es un poco en vano detenernos a discutir si es adecuado llamar español a la lengua castellana o no, y de este oxímoron que es hablar de un “español argentino”, aunque el término ya esté prácticamente aceptado por todos.
Volviendo a la pregunta, el español es la segunda lengua más hablada si tenemos en cuenta únicamente la cantidad total de hablantes nativos, y la cuarta si tenemos en cuenta la cantidad total de hablantes (nativos y no nativos), con lo cual no me parece tan acertado decir que “aún no es global”, ya que el español tiene incluso más cantidad total de hablantes que el inglés, que es la lengua que supuestamente domina el mundo, y en la actualidad prácticamente todo contenido oficial de varios de los países dominantes se traducen al español por cantidad de hablantes, y no a otros idiomas.
En cuanto a presión, realmente no la siento en relación con la literatura, ya que no me dedico a la traducción literaria, así que soy únicamente “público” (casi siempre no conforme) de traducciones cuando no son del inglés. Si el libro que me interesa fue escrito originalmente en inglés lo leo en su idioma de origen, porque la profesión no me permite separarme y no estar pensando “¿de dónde vendrá esta expresión tan poco natural?”, o “¡que traducción tan transparente!”.
En cuanto a la elección de las palabras, al dedicarme sobre todo a la traducción jurídica, la elección de las palabras queda supeditada a las leyes y reglamentaciones vigentes del idioma de llegada de mis traducciones y no tanto a la cultura general. Digamos que en mi especialización, una mala traducción puede ser una cuestión “de vida o muerte” se aplica literalmente, por ejemplo, en los documentos penales (¡eso sí que es presión!).
Dicho eso, las pocas veces que me toca enfrentarme con un texto no jurídico, siempre doy prioridad al significado sobre la palabra literalmente “equivalente”. 
Prefiero siempre una bella traducción infiel que una traducción “calcada” de la cultura de origen. 

Desde muy joven has trabajado de manera bilingüe ¿Cuáles son los rasgos que mas te gustan de cada idioma?

Primero que nada, lo que siempre aproveché de mi bilingüismo es poder usar mi idioma “no nativo” para expresarme a veces sin ponerme tan “sentimental”, como si el idioma extranjero fuera una excelente manera de expresarse pero con una marcada barrera entre el cerebro y el corazón.
En cuanto a los idiomas en sí, no se si puedo identificar ese “algo” que me guste más de cada uno. Mi respuesta va a ser más bien “emocional”, ya que por ejemplo el español es un idioma hermoso para expresar ideas con vueltas y adornos, mientras que el inglés suele ser más directo.
También puedo decir que el español es hermoso para expresarnos en poesía y pedir disculpas que tienen el poder de ablandar hasta el más duro corazón, pero el inglés, en mi opinión, es el mejor para escribir canciones y hablar de negocios.

¿De que forma surgió la propuesta de los módulos de enseñanza con los que colaboras con otros interesados?¿Hoy hay más herramientas para aprender y enseñar?

Los módulos que saqué son parte de un curso virtual de la herramienta de traducción asistida por computadora más utilizada en el mercado, y la idea surgió porque hace AÑOS que mis colegas me piden siempre que les enseñe a manejarlo, o me hacen preguntas de cómo solucionar tal o cual problema, y si bien siempre me encantó ayudar “por amor al arte”, en los tiempos de cuarentena la demanda explotó y no hubiera podido ayudar a todos sin ponerle un precio y armar algo que quede en la nube para que lo descarguen y vean cuando quieran y no tener que estar conectada 24 horas respondiendo consultas. 
También armé, en este contexto de pandemia, un ciclo de encuentros para traductores que sí son gratuitos y cuyo objetivo es acercar a los traductores nóveles a esta hermosa profesión y a las nuevas herramientas que son infaltables para poder trabajar en el mercado de hoy, así como a los principales referentes del mercado en las distintas áreas.
En cuanto a las herramientas de aprendizaje, ¡claro que hay más que nunca!, pero son en realidad variantes de otras herramientas que ya existían en la enseñanza tradicional. Más que nada vimos en estos tiempos que quien se adapta y aprende a trabajar en nuevos entornos tiene “el mundo a sus pies”, mientras que quien pretende conservar el status quo se queda indefectiblemente atrás y el mercado se lo come crudo.

¿Lográs combinar tu conocimiento lingüístico con las otras actividades artísticas que realizas?

¡Claro! Soy de las pocas que canta canciones en inglés y no en “eso que suena parecido al inglés pero como está cantado lo digo como quiero”, y espero no ofender a nadie con esto, ya que yo también he pecado y canté una vez en “francés”.

Luego de haber leído tanto ¿Has desarrollado escrituras propias? ¿Bajo qué formatos?

Si bien leo mucho por amor al arte, el 80% de lo que leo en la actualidad son textos especializados, jurídicos y sobre traductología, y más allá de una novela que empecé a escribir a los 11 años y que tenía a mi compañera de banco de la escuela totalmente enganchada, no he tenido necesidad de volcar nada por escrito aún desde entonces. Creo que esto tiene que ver con que me paso a veces casi 20 horas diarias traduciendo en la computadora y no me queda mucho incentivo para seguir escribiendo. Será por eso tal vez que canto pero rara vez escribo canciones, y que disfruto tanto de la interpretación en conferencias, ¡donde no hay que escribir nada!.

El gran beneficio de esta cuarentena, se ve reflejado en la naturaleza y muchos están hablando del nacimiento de un nuevo mundo ¿Sentís que tu rol es conectar culturas diferentes?

En esta cuarentena sin dudas la naturaleza se abrió paso y nos demostró una vez más que no somos nosotros quienes la dominan.
No conecto culturas como traductora, pero sí lo hago como trabajadora freelance con más de una década de experiencia. Seguramente notaste que con el aislamiento la sociedad de los trabajadores no esenciales se dividió en dos: quienes no sabían qué hacer con sí mismos en casa las 24 horas y quienes se encontraron con oro en sus manos por tener esas mismas 24 horas disponibles para LO QUE FUERA. Yo formo parte de un tercer grupo oculto: ya pasaba prácticamente todos los días las 24 horas en casa, mis momentos de angustia eran los de “tener que salir”, y por lo tanto no solo estaba lista para esto sino que era el momento de “brillar” y ayudar a esos otros dos grupos a sacar el mejor provecho de la situación. Conecté la cultura del “afuera” con la cultura del “adentro”, y lo sigo haciendo con gusto.
Ahora, como traductora pública y no literaria, más que conectar culturas, soy una especie de puente migratorio y de aduanas… La gran mayoría de los documentos que traduzco son documentos que permiten a las personas hacer negocios en otros países, radicarse en otros países, o, en el caso de los extranjeros, documentos que les permiten ingresar y permanecer en nuestro país, o, en el caso de empresas, hacer negocios en Argentina. Digamos que conecto a un sistema jurídico con el otro a través de las leyes internacionales que regulan este ida y vuelta de dinero, personas, bienes y servicios. Soy como una mula virtual y legal de palabras.



Establecer puentes de conexión entre dos lenguas que necesitan comunicarse es colaborar con la unión de lenguas distintas y por lo tanto, algo absolutamente necesario para lograr que el mundo sea un lugar más conocido.








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