"Tal vez orbitar la radio me ayudó a darle importancia a la escucha, a lo que tiene el otro para decir"


Fernando Jalil, construye sus días desde los que escucha hasta lo que dice. De canciones y letras, nos habla un poco de cada palabra y momento.

¿Cómo fue haber crecido entre medios de comunicación?

En su momento fue algo natural. Hoy, a la distancia, me parece increíble. En los 90 la radio tenía otra función en la sociedad. Además de ser un medio de comunicación, era un punto de encuentro para la gente. A mi viejo, Leonardo Jalil Bayer, lo echaron de Radio Nacional Bariloche en el gobierno de Menem, como a tantos profesionales del país, justamente en el 91, el año en que nací. Después de eso mi viejo y otros/as compañeros/as se dedicaron a fundar y poner en marcha radios comunitarias. Una de ellas, FM Libre, transmitía desde mi casa. Me despertaba todas las mañanas y para ir al baño debía esquivar a varias personas que conversaban, fumaban y tomaban mate o café. Todas esas personas eran parte de la familia, había una fusión interesante entre la familia y la gente de radio. Los días se sucedían entre noticias, discusiones políticas, carcajadas estruendosas y sobre todo, música. En la radio, en mi casa de la infancia, la realidad era algo que tocaba la puerta constantemente para hacerse oír. Creo que ese convivir con la realidad, con la voz de los vecinos y vecinas de Bariloche, fue y sigue siendo algo importante en mi crecimiento como persona.

¿Qué uso le diste a todos esos aprendizajes?

No creo que esos aprendizajes me hayan “servido” para algo concreto, más bien conforman la matriz de mi personalidad. Tal vez orbitar la radio me ayudó a darle importancia a la escucha, a lo que tiene el otro para decir.

¿Te gustaría formar parte de algún programa en algún medio de comunicación?

Soy oyente de radio y admiro a las personas que hacen un buen trabajo. Yo personalmente no me imagino en ese lugar, como tampoco me imagino tirándome en parapente. Quizás se da la ocasión, lo hago y me gusta. Pero hoy tengo el foco en otro lado y no soy de las personas que pueden hacer mucho al mismo tiempo, “el que mucho abarca poco aprieta”, como dicen. Lo que sí me parece, es que podría ayudar con la musicalización de algún programa! Me embola esa gente que dice en el micrófono “música era la de antes”. Esa gente, que tiene voz en el dial, tendría que ponerse a buscar y a escuchar música en las distintas plataformas que hoy están a disposición de los artistas. Parece que muchos locutores prefieren la comodidad de esperar que la música les llegue y hoy los paradigmas cambiaron. ¿Queres saber que música se está componiendo hoy? Buscala! También me parece importante que las radios de la ciudad puedan dar difusión a los músicos y músicas locales. Es un despropósito seguir escuchando canciones que triunfaron comercialmente hace años, cuando acá hay tanta música y artistas con algo para decir. Esto, además de darle un espacio a la música del lugar, que habla de nuestras cuestiones, que interactúa con nuestro entorno, enriquece a la cultura regional

Te desenvolves como músico y como docente ¿Sentís que tu música dice lo que no podes decir con palabras?

El arte ofrece un espacio increíble para decir, para jugar. Antes trataba de volcar en mis canciones las catarsis personales que todo adolescente debe poner en alto, debe dejar salir. Hoy en cambio, trato de escribir desde otro lado. Hago lo posible por situarme en “el otro”, ejercicio que en estos momentos (y agudizado en la pandemia) nos es cada vez más difícil debido a la soledad y el aislamiento que vivimos. Parece una ironía que en la era de la “hipercomunicación” nos hayamos vuelto cada vez más solitarios. Por eso creo que el arte es importante para ofrecer alteridad, una perspectiva diferente que nos saque de nosotros mismos, que nos invite a la empatía.

Formas parte de un grupo musical ¿Sentís que hoy es más fácil compartir música que en tiempos anteriores?

Hoy existe mucha facilidad para compartir música. Es cuestión de publicar un link por alguna red social y listo. Nuestros viejos ahorraban sus chirolas y cuando podían compraban un disco y capaz que estaban semanas escuchando la misma música, más lo que la radio les ofrecía. Cuando se aburrían se intercambiaban discos y así iban construyendo su repertorio personal. Hoy tenes la discografía de Led Zeppelin a un par de cliks de distancia. Esta facilidad para escuchar y compartir música es un arma de doble filo. ¿Es la cantidad o la calidad de música la que cuenta? Hoy nos cuesta demorarnos en un disco, exprimirlo, escuchar todo lo que el disco (o la canción) tiene para decirnos. Personalmente, parto de la premisa de que no me va a dar la vida para escuchar toda la música que está a mi disposición. Así que escucho, comparto, pero solo lo indispensable. En esta sobreestimulación que nos propone la época, trato de hacerle un lugar valioso a uno de los materiales más importantes de la música, el silencio.

Muchos afirman que esta naciendo un nuevo mundo ¿Cuál sería tu aporte en ese escenario?

Yo soy de los que creen que el mundo no nace solo, sino que lo construimos nosotros. Lo que pienso, es que las épocas de crisis como la que estamos viviendo, son un buen escenario para imponer ideas, ideales o como quieras llamarlo. Lamentablemente los que imponen las ideas a nivel mundial son personajes que muchas veces están más motivados por la ambición desmedida que por el bienestar de la población mundial. Solo espero que en este “nuevo mundo” haya lugar para todos. En cuanto a mi aporte personal a este nuevo mundo, pienso seguir tocando la guitarra y componiendo canciones. Eso es valioso si pensamos que otras personas van a usar el tiempo para construir armas o edificar algoritmos informáticos para el control social. 






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