"Hay que hacer lo que a uno le hace bien y ser auténtico"

La voz que escuchamos cantar y nos acompaña en nuestras actividades diarias nos cuenta de sus caminos, sus conexiones y reconexiones que la formaron en la persona que se presenta como Laura Fernandez Aranda.


¿Cómo fue estrenar un disco en pleno 2020?

Fue algo impensado. Venía con otros proyectos fuera de la música, realmente me había alejado hace un año y medio de la música. Estaba con proyectos un poco más “normales” que tenían que ver con emprendimientos, negocios, inversiones que para mi eran acertadas hasta que empezó la pandemia y nada fue acertado en ese momento. Asique me empecé a conectar con la música, con mis raíces, porque vengo de mis padres músicos y me crie en un ámbito donde se escuchaba mucho Jazz, entonces algo que siempre quise hacer fue grabar unas canciones de Jazz. Esto sucedió en las primeras semanas de la cuarentena, cuando aún teníamos la ilusión que iban a ser quince días o a lo sumo un mes. Ilusos. Sentí esas ganas de grabar estas canciones y me contacté con Javier Bergés que el tiene un estudio de grabación y me derivó a German Lema, que terminó siendo el productor de mi disco. El contacto fue solamente para grabar unas canciones para “sacarme el gusto una vez en la vida” y tener un material bien grabado para mi, nunca pensé que se iba a transformar en un disco y que tenga la difusión que tiene ahora. No lo tenía ni pensado. Empezamos a charlar con German a principios de Abril y se publicó en Spotify en Julio, mas o menos. En Agosto y Octubre hicimos dos conciertos en streaming pero todavía esta pendiente la presentación oficial del disco en vivo, con gente, con el contacto humano que es algo tan importante y es algo que vengo pensando en estos días, quizás si se da la posibilidad este año tengo ganas de hacer algo presencial en Bariloche.

German Lema es una persona que viene del Jazz, estudió mucho, tiene maestrías en composición, dicta clases en la Universidad de Berkley pero además hay algo que es el buen gusto, ese toque personal que es de cada uno.

¿Cómo fue el proceso de pasar a ser solista luego de formar parte de una banda?

Ese proceso fue algo que se dio naturalmente. Empecé con “Lado Funk” en el año 2013 de manera impensada porque estaba mi hermana, que también es cantante y ella estaba como vocalista principal en esa banda pero no tenía coros. Entonces en ese momento me llamó para que la ayude con los coros en algunos temas y para que cantemos juntas profesionalmente. Entonces fui al primer recital y cuando bajamos del escenario Pablo que es líder de “Lado Funk” me preguntó si quería quedarme en la banda. De esa forma me terminé quedando cinco años y fue una banda que me gestó y me hizo crecer. No tenía pensado dedicarme a la música profesionalmente. Después mi hermana se fue de la banda porque quería hacer otros géneros y se incorporó Inés Berro y yo seguía haciendo los coros. Sin embargo, de a poco iba cantando canciones sola delante de la banda, cada vez que salíamos a tocar tenía un tema que cantaba sola. Ines Berro se fue a trabajar a los cruceros y quede sola como cantante. Pablo me preguntó si quería seguir como cantante de la banda y sino quería buscaba a alguien, pero que teniéndome a mi como cantante no tenía sentido buscar a otra persona para cantar. Así fue que me quedé como la voz principal de la banda. Estuve como cantante solista un año hasta que ingresó a la banda Viri Bob y empezamos a cantar juntas, haciendo temas las dos, canciones individuales cada una y también canciones a dúo. Luego comencé a trabajar en otras cosas y me alejé de la música tomando otros caminos por un tiempo. Hasta que me reconecté ahora en pandemia y sentí esa necesidad de grabar algo. Mi lado solista surgió espontáneamente por la necesidad de querer grabar y lanzar un disco.  

¿Cuál es tu relación con las redes sociales y plataformas musicales?

Un gran pensador me dijo un día: “Lau, hay que generar contenido”. Primero tenes que buscar el Norte de que es lo que queres vender, que es lo que queres mostrar, que es lo que te interesa que la gente vea de vos, porque obviamente que en las redes no se ve todo. Nunca. Es imposible. Entonces formas una imagen que es la que queres mostrar. Creo que la voy llevando bastante bien (risas), soy bastante amateur. No tengo muchos seguidores, pero lo hago con amor y desde mi esencia, desde lo que creo que son mis valores. Soy coherente con lo que digo, lo que pienso y lo que hago y trato de transmitir eso en mis redes.     

 ¿Has tenido reconocimiento cotidiano a través de tu imagen en las redes?

Poco. Lo que me pasó es que en el Facebook me estalló la cuenta personal y me entraron muchísimos mensajes. El año pasado estábamos con mi hijo y me llegó a entrar una solicitud por segundo, me asustó un poco la situación. Enseguida pensé en un virus o un hacker o que algo pasaba. Ahí es cuando llegué al tope máximo de los amigos en Facebook, eso motivó que me bloquearan la cuenta y ahí es cuando me di cuenta la repercusión que había tomado. Cuando voy a comprar me pasa a veces que me dicen “Vos sos la chica que canta”, “Tengo tu disco, lo escucho en el auto”, “Que linda voz”, “Te tengo en Spotify”, es muy lindo. De hecho me pasó que un amigo compartió en su historia que algunas personas escuchan el disco para trabajar, porque les calma un poco la fiera interna del día a día, del estrés, etc. Lo usan de fondo, pero los ayuda a transitar el día. Eso esta buenísimo, porque uno lo hace primero por uno, porque no podes no hacerlo, porque querés transmitir, porque es tu pasión, pero cuando te llega del otro lado la devolución de lo que están sintiendo es algo hermoso. De hecho, ahora estoy haciendo unos videos desde casa y en uno de los vídeos me escribieron dos personas en el mismo día diciéndome: “Lau me hiciste llorar”. Eso es hermoso. Generar emociones. Eso está buenísimo. Ese es el motivo por el cual hago esto, para que le llegue a alguien. Mas allá de disfrutarlo yo y sentirme bien, que una persona se emocione, que mueva algo en su interior, eso es misión cumplida.      

 ¿Qué canción o en qué momento sentiste que expresar arte era lo que tenías que hacer?

 Yo iba a ser arquitecta (risas). Cuando salíamos en familia se acercaba alguien y nos decía “Ahí viene la familia de artistas” y yo les decía “Yo soy la que no canta”. Pero desde la cuna que tengo la música en casa, no solamente de mis padres sino del entorno familiar. Mi tío es el que me da clases de canto, que es un gran artista y reconocido, también tengo primos que están triunfando en México a niveles impresionantes, sobre todo mi prima más chica Pilar Pascual, que en su cuenta tiene millones de seguidores. Esta a otro nivel. Volviendo a la pregunta, hay una canción, que además esta en el disco que es “Tenderly” que se la escuché cantar a mi tío, Claudio Pirotta, cuando vino en el año 1987. En esa época mi papá hacía unos festivales de Jazz con otros músicos de acá. Había zapadas, colaboraciones, músicos en escena, de todo. En ese momento era muy chica y me acuerdo de escuchar a mi tío por primera vez y casi me muero. Tiene una voz parecida a George Michael pero cantando Jazz, era una dulzura que me marcó en el destino. Después la vida me llevó por otros caminos, pero cuando decidí grabar “Standards”, tenía que estar “Tenderly”. Ese fue el inicio. El Jazz ahí se me grabó en la piel.   

Habiendo crecido entre artistas ¿Qué influencias heredadas sentís hoy en tu forma de expresar arte?  

 Mil cosas. Mi mamá escuchaba mucho Patricia Sosa, Barbra Streisand, Whitney Houston y después se iba a Chaka Khan o Diane Schuur, que participó del Festival Internacional de Jazz en Bariloche en el año 2000. Yo justo no estaba en la ciudad en ese momento. Por el lado de mi papá todo el Blues, escuchando Pappo, BB King, Steve Ray Vaughan y en común compartían mucho Ella Fitzgerald, Billie Holiday, había una unión en el jazz. Creo que en el Jazz todos los músicos nos unimos en algún momento. También estaba mi hermana, con quien compartíamos canciones de Madonna, Mariah Carey, algo más contemporáneo, pero me arriesgo a decir que todos los músicos en algún momento de sus vidas hicieron una canción de Jazz. Aunque sea una. Ahora no es tan popular porque hoy por hoy venden otras cosas, es parte de la evolución. Como artista hoy salir a cantar Jazz es jugado. Te arriesgas a que no vaya nadie, pero no importa. Hay que hacer lo que a uno le hace bien y ser auténtico.        

 ¿Qué diferencias encontrás en la forma de compartir arte de antes y las nuevas formas de redes sociales?

 Tiene otra mística. El hecho de rebobinar un cassette con una lapicera Bic que es algo que los chicos de hoy no tienen ni idea de lo que estamos hablando, era parte del momento especial de escuchar música, un vinilo o un cassette. Hoy la música la escuchas en todo momento, en todos los lugares, te acompaña todo el día. Antes no era tan así. Para escuchar un disco tengo que comprarlo, escuchemos y veamos como suena. Estaría bueno mantener el “Discman” o el “Walkman”. Mantener esa mística. De igual forma, creo que el vinilo no se va a perder nunca. Ese sonido que tiene, es único. No lo podes reemplazar con nada. Esas particularidades de colocar la púa, del sonido, del disco en sí, son cosas irremplazables.     

 ¿Sentís que el arte brindó un refugio para la gente ante los acontecimientos de la pandemia?

El arte en general siento que brindó ese refugio. Aunque sin todo el valor que merece pero sí muy recurrido para estos momentos. Ese poco valor va en consideración del trabajo que hicimos la mayoría de los artistas con presentaciones en vivo vía streaming o propuestas digitales y quizás no tuvieron la convocatoria que hubieran tenido de forma presencial. Sin embargo es algo comprensible, la gente estaba todo el día frente a la pantalla. Trabajando ocho horas frente a la computadora y sentarse a ver un show por dos horas también frente al monitor, generaba un desgaste. Considerando que en algunos casos hay turnos para usar la computadora, porque hay una sola para toda la familia, entonces se hace complejo. Lo que no se puede ocultar es la falta de valoración del artista, con pandemia o sin pandemia. Desde cultura gubernamental no haya proyectos apoyando a los artistas que siempre somos el último orejón del tarro. No hay propuestas para que todos los hoteles tengan shows en vivo, como parte de un servicio, de esa manera todos estaríamos trabajando de manera mas frecuente y podríamos vivir de lo que nos gusta. Desde Cultura cuando decís que sos artista te preguntan “¿Qué enseñas?” y hay mucho más, no todos vivimos de dar clases. Muchos quisiéramos vivir de las presentaciones, pero como es un recurso que no se presenta, tenemos que recurrir a otras fuentes de ingresos. Entender un poco más al artista desde ese punto.

¿Estas problemáticas pueden cambiar con el nuevo encargado de Cultura de Bariloche, siendo él una persona que trabajó con artistas?

 Creo que no depende de él tampoco. Es todo un sistema que ya esta armado y por mas que él tenga la mejor voluntad, a quien además conozco hace muchísimos años, hay un sistema ya armado con normas y ahora también con protocolos en los momentos que vivimos de pandemia. No se lo que debe ser estar en su posición, por eso opinar me parece medio fuera de lugar pero ojalá que sí, que este aire nuevo de la oportunidad de tener esa visión desde adentro, desde el artista y que surjan posibilidades para ayudar a todos los artistas. Pensar en la comunidad de artistas. Abrir lugares con continuidad laboral. Porque ahora estamos tocando porque lo hacemos al aire libre, pero viene la primera nevada y no tocamos más. Busquemos protocolos para que el músico pueda tocar. Se puede acondicionar lugares para que haya músicos tocando en vivo. Me parece que no se le presta demasiada atención, no se si es por falta de interés o por alguna otra cuestión. Pero no tiene que ver con protocolos. Tiene que ver con una forma de desidia. Con cuestiones como “de última pongo música de fondo y ya está o una pantalla”. Porque cuando generas más arte generas intercambio de idiomas culturales, de teatro, de danza y de todas las formas artísticas. Entonces tomemos conciencia de que, si bien en una pandemia necesitamos ver una película, escuchar música, ver una obra de teatro, bailar, etc. Los artistas que generan eso lo hacen como una profesión laboral. Es una profesión real. Te preguntan: “¿Y vos que sos?”, cuando les respondes “Soy músico” automáticamente te preguntan “No, no pero ¿A que te dedicas?” cuando soy músico, me dedico a esto y quiero vivir de esto. Me parece que podías avanzar un poco sobre esas cuestiones.

 ¿Cómo sigue este año nuevo para “Laura Standards”?

 Tengo ganas de presentarlo en vivo, de manera presencial. No quiero hacer más streaming. También estoy trabajando temas propios. Empecé a componer en 2014 y tengo varios temas cerrados junto a nuevos temas que surgieron este año que tengo que cerrar algunas cuestiones musicales. Viendo si largo el primero de estos temas propios para mostrar un poco lo que yo hago. No solamente el Jazz que lo llevo en la sangre y me identifica en cierto punto sino también la diferencia de cantar algo propio, es otra emoción.

 ¿Pensas que estas nuevas creaciones sobre lo que sentís o el impacto que podes generar?  

Creo que en el fondo todos, en algún punto, todos pensamos que se pueden lograr las dos cosas. El punto número uno es que lo haces porque no podes dejar de hacerlo, la vocación, algo que no podes dejar de hacer todos los días. Después querés que la gente lo escuche y te fijas el número de reproducciones o cual canción gustó más o en que idioma, etc. Te fijas, no es lo más importante, pero si se multiplica es lindo. Porque cada número cuenta en estos comienzos en que cada uno de nosotros muestra lo que hace y lo que le apasiona. Pero hay de todo. Estas expuesto al mundo.

 ¿Cuáles son aquellos momentos que te dio esta profesión que guardas como un álbum de instantáneas propias?

 Son muchos procesos y puntos, pero lo que más atesoro son las giras con “Lado Funk” en donde éramos diez arriba del escenario y diez para la gira. Esos momentos van mas allá de la música, va por el compartir el lado humano y eso está buenísimo. Cuando te conoces humanamente, el compartir música se da de otra manera. Ya no sos más un sesionista, pasas a formar parte de una banda y a compartir como una familia. Un recital en la Fiesta de Los Jardines que tocamos muy tarde, después de Peteco Carabajal, cerca de la una de la mañana, con mucho frío y las cantantes nunca comemos antes de cantar. Estaban todos muy cenados y nosotros cantando aún sin comer (risas), así como anécdotas que quedan tras bambalinas y te guardas para siempre. Momentos muy lindos. También todo lo que sucedió el año pasado con la grabación a distancia, de aprender a auto-grabarme, a producir, a arreglar temas, es otro laburo que nunca había hecho. Esta muy bueno, hay que hacerlo porque tiene otra mística. No era la primera vez que me grababa, había grabado anteriormente cosas para mi. Pero cuando estas haciendo algo que realmente sentís, estas formando un disco con toda la producción, lo tomas de otra forma. Estuvo muy bueno esto de que yo estaba grabando en mi casa, Germán en su casa recibiendo los archivos, junto a colaboraciones que quedaron en el disco, como el hermano de German que grabó desde España, también esta Celso Jobae que tocó la trompeta en “Autumn Leaves” desde Brasil, Dani Perez desde Buenos Aires y el resto de los chicos acá pero no nos vimos nunca. Después de grabar solamente vi a German y a Gabriel. El resto algunos nunca los vi personalmente. Algunos nunca nos vimos, pero los conozco y otros que nunca nos vimos pero no los conozco porque están en otras ciudades. Eso fue increíble. Hicimos un disco a distancia. Es una experiencia genial de algo que antes era diferente, con viajes, estadía, horas de estudio, etc. Me guardo esos dos momentos, profesionalmente hablando. Después de chica, subiendo a cantar con mamá y papá, esas cosas que las llevas en el corazón.

 ¿Tus padres dejaron que vos elijas entre hacer música o no?

 Totalmente. Total apertura. Si queres ser arquitecta, sé arquitecta, si queres ser contadora o lo que sea. Pero “Laurita, tenés que cantar”. Siempre me llamaban para cantar un tema, siempre participaba, pero no profesionalmente. Sentía que realmente no podía. Me costó unos cuantos años y sigo estudiando por eso. Siempre hay que estudiar, porque el estudio te da una seguridad que no te la da otra cosa, junto a las horas de ruta. Salir a cantar con horas de escenario encima, es un aprendizaje que no te lo da nada. La voz es el instrumento más difícil de tocar y de cuidar. Hay horas que no debes cantar. Climas, bebidas, vicios que hay que dejar. Tu instrumento es tu cuerpo, pero es todo tu cuerpo. Si tenes las cuerdas sanas pero tenes una contractura que no te deja vivir, no vas a rendir igual. Siendo mujer es el doble de dificultades. Pero con mi voz tengo cuidados sin obsesionarme. Siempre teniendo en cuenta que no haya shows aproximados o clase de cantos pero sin privarme de hacer cosas que quiera.

 ¿Cómo viste los lugares que comenzaron a hacer recitales en autocines?

 Esta bueno. Hay que hacer cosas nuevas. Busquémosle la vuelta para hacer cosas. Es una nueva realidad y hay que acomodarse para hacer cosas nuevas. El tema es proponer cosas nuevas y dar espacio a todos. En mayor o menor medida que todos tengamos un espacio. Muchos lugares consideran que el Jazz está en el último escalón junto a la música clásica. Se hace muy difícil la convocatoria. Muchas veces sentí la presión de que el lugar debe llenarse o considerar otras cuestiones que no son del músico. Me pasó que me contrataron para un evento el mes pasado y mi primer propuesta fue compartir lo que estoy haciendo, mi disco y algunos temas mas de ese estilo y la respuesta fue: “¿algo mas movidito no tenes?”. Ese es el eslogan de “El Jazz no me gusta, dame algo con más onda”. Por supuesto, que trabajamos sobre una opción diferente pero que no me representa, pero es trabajo. A veces tenes que llenar una planilla de Excel y otras veces tenes que hacer otras cosas mejores pero existe la presión de tener que gustar para que te vuelvan a contratar. Aunque en un punto dejas de ser auténtico. A mi me pasa que me reconozco cantando en Inglés pero no descarto cantar otras cosas, como hace poco que cante unos boleros en castellano. Hay varios proyectos para canciones en español, que están buenísimas y me gusta hacerlas, pero no es con lo que yo me identifico. Si tengo que elegir, me quedo con otras cosas. De igual forma tenes que estar preparado para no gustar. Es mas, tenes que estar mas preparado para no gustar y que no te importe que para gustar, porque que a alguien le guste es por ahí lo que uno espera. Pero estar preparado para que no le guste a nadie, generalmente no se esta preparado para eso, entonces hay que laburar que no importe si no le gusta a nadie. Esto lo estoy haciendo porque me gusta y es lo que me identifica. Sino sos un producto salido de un certamen televisivo. Todos los recursos son válidos. Pero no es lo que yo quiero, que me digan “Tenes que hacer esto, esto y esto y así vas a vender”, si es así, prefiero no vender. Ahora si hago lo que yo siento y lo que yo soy y vende, mucho mejor. Hay que seguir siendo auténtico igual. Hoy estar en las plataformas musicales es estar en el mundo. Uno no toma conciencia de la dimensión que tiene, la digitalización de todo este proceso. Me han llegado mensajes de México, de Israel, de Francia. Es gente que escucha el disco y le gusta, junto algunos productores que me consultaron.

 En la profundidad de las redes ¿Cómo manejas el tema de los “haters” o odiadiores?

 No le doy mas importancia de la que merece. Si alguien comenta algo en mi muro de manera desacertada, lo elimino y listo. Si en algún momento me parece gracioso contestar, contesto siempre desde el humor y la buena onda. No me interesa entrar en el juego ese para nada. Si alguien comenta algo malo lo eliminas y ya esta. La vida continúa. No te podes quedar enganchado en el comentario de una persona que anda a saber que le pasa, que le transmite lo que vos dijiste, no esta bueno engancharse ahí. La verdad esto es algo que no me suma en mi perfil lo elimino y ya esta.    

 ¿Qué mensaje te gustaría compartir a tus oyentes o seguidores?

Parece una frase hecha pero que sigan sus sueños, que hagan lo que realmente tienen ganas de hacer. Que le den para adelante, sin que importe nada. Porque yo hace unos años tenía una realidad muy distinta y que me llamen para hacer entrevistas es maravilloso. Son las vueltas que da la vida. Nunca se sabe si al otro día era el día, como decía el náufrago “nunca se sabe lo que la marea va a traer”, entonces es confiar y seguir haciendo lo que uno ama. No traicionarse. Tener la confianza de que no importa si gusta o no, pero yo amo hacer esto, entonces lo voy a seguir haciendo porque lo amo, me hace sentir bien y levanta mi energía, vibración o lo que fuera. No salir de lo que uno es, después están el resto de las obligaciones, pero saber lo que uno es. Después tengo que hacer otras cosas para comer y esta bien, pero yo soy esto. Ponerle todas las fichas a eso, mas allá de que uno tenga que barrer la casa todos los días no sos un barredor. Sos otra cosa.    


    


https://www.instagram.com/lau_fernandez_aranda/



Comentarios